Se cree que Las Labores debe su nombre al conjunto de actividades y trabajos que desarrollaban un grupo de gañanes, que provenientes de localidades como Arenas de San Juan, Herencia y Villarrubia de los Ojos, decidieron asentarse en este territorio y fundar la localidad.
Las Labores, pequeña población con un término municipal de 34 Km2, linda al Norte con Herencia, al Este con Puerto Lápice, al Sur con Arenas de San Juan y al Oeste con Villarrubia de los Ojos. Situada a 650 metros sobre el nivel del mar, está bañada por el arroyo Celemín que nace en Valdezarza y desemboca en el Río Gigüela, cruzando el término municipal de Norte a Sur.
El clima es mediterráneo continental, inviernos suaves y veranos secos y caluroso
La Villa de Las Labores nace como consecuencia de la riqueza de sus tierras para la agricultura, además de la importancia estratégica que las tierras que componen su término municipal han tenido desde antiguo, como ya señalaran autores como Fernández Guerras o Hervás y Buendía para situar los límites precisos de Oretania:
"... La línea divisoria con la celtiberia se extendería desde Minaya por Villarrobledo, Peñarroya y Castillo de Cervera hasta llegar a Villarta de San Juan. Partiendo lindes con los carpetanos, en el sitio de Las Labores, subiendo luego cerca de Urda"
Aunque reconocida como villa en 1842, el pueblo existía desde mucho antes y parece que su origen se remonta a los asentamientos de campesinos de pueblos próximos que trabajaban estas tierras prácticamente todo el año, teniéndose constancia de que ya había asentamientos estables allá por el siglo XII.
“Las otras casas” parece ser el nombre original del pueblo, que era una aldea pedanía dependiente de Arenas de San Juan a efectos administrativos hasta el año 1842 en que es reconocida como villa, pasando a llamarse con el nombre actual de Las Labores y dotándose de ayuntamiento, juzgado y parroquia.
Diversas han sido las ermitas construidas en esta población, debido al constante aumento de la población.
La Iglesia de Ntra. Sra. del Sagrario se remonta al año 1650, siendo una pequeña ermita situada en el pajar de un vecino llamado Benito, y más tarde, construyéndose otra ermita en la zona llamada “altillo”.
Como el pueblo continuó creciendo, fue en 1819 cuando se construyó una Iglesia en la plaza, cuyos materiales para la construcción fueron aportados por el Infante de España D. Carlos María Isidro de Borbón, hermano del rey Fernando VII. De ahí que el titular de la parroquia sea San Carlos Borromeo, en referencia a la fiesta onomástica del Infante.
La obra de la nueva Iglesia Parroquial San Carlos Borromeo se finalizó en 1950, siendo construida por mandato del matrimonio formado por Leandro Ángel Díaz-Pavón Yaner y Consuelo Romero-Mayorga Portugués, siendo ésta construcción una promesa a la Virgen del Sagrario, si conservaban la vida durante la Guerra Civil. Dicha Iglesia posee planta rectangular de 10 metros de anchura con dos naves laterales y una longitud de 35 metros. Esta Iglesia alberga la imagen titular de Ntra. Sra. del Sagrario, patrona de la villa.